Definición
La sostenibilidad medioambiental hace referencia a formas de estructurar las actividades humanas que garantizan la preservación de los recursos de la biosfera y su calidad a lo largo del tiempo. En un contexto urbano, la sostenibilidad medioambiental se vincula a políticas de desarrollo local que garantizan el acceso equitativo a servicios públicos mientras se minimiza el impacto sobre el entorno ecológico. La sostenibilidad medioambiental local se obtiene a través del uso eficiente de recursos, la gestión adecuada de residuos y la promoción de conductas ciudadanas respetuosas con el medio ambiente.
El concepto de sostenibilidad medioambiental emana de las relaciones entre los humanos y su entorno natural. Inicialmente el enfoque de la sostenibilidad fue fundamentalmente económico y antropocéntrico. Se trataba de conservar los recursos necesarios para el mantenimiento en el largo plazo de la vida humana, según los criterios económicos de cada momento histórico. En esa perspectiva, la estrategia fundamental era la puesta a punto de soluciones técnicas para usar más eficientemente los recursos y minimizar los efectos de la actividad humana. En los últimos años se ha abierto camino una perspectiva que otorga un valor propio a la naturaleza y a cada uno de los seres vivos, más allá de su utilidad para el ser humano. Ese enfoque evidencia que la sostenibilidad medioambiental no es un asunto meramente técnico, sino que demanda un cambio de valores que asuma una actitud de respeto hacia la naturaleza.
Hay tres dimensiones importantes para entender el significado de la sostenibilidad medioambiental. En primer lugar, la sostenibilidad medioambiental se debe pensar globalmente, más allá del espacio local, ya que los diferentes ecosistemas planetarios están interconectados. En segundo lugar, se trata de una cuestión a largo plazo, ya que los ecosistemas se deben gestionar para futuras generaciones. En tercer lugar, la sostenibilidad medioambiental debe concebirse de forma integral, armonizando factores ecológicos, económicos y sociales de forma respetuosa y efectiva.
Comportamientos asociados
La promoción de la sostenibilidad medioambiental tiene las siguientes implicaciones para los comportamientos de las personas individuales, las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones públicas.
Ciudadanía
Para apoyar la sostenibilidad medioambiental, los ciudadanos pueden tomar conciencia de los problemas medioambientales tanto locales como globales, cambiar sus patrones de consumo y estilos de vida (por ejemplo, reduciendo, reciclando y reutilizando desechos), y observar una actitud más responsable, comprometida y solidaria hacia la naturaleza y los ecosistemas urbanos. También deberían tomar en cuenta el impacto acumulativo de actitudes individuales poco sostenibles que, al sumarse, provocan un perjuicio significativo que afecta a la colectividad. Las personas y las familias también pueden transmitir valores y conductas de sostenibilidad, justicia social y responsabilidad a las futuras generaciones.
Organizaciones sociales
Las organizaciones sociales juegan un papel muy importante a la hora de concienciar a la población sobre sostenibilidad y problemas medioambientales, de consensuar y proponer soluciones participativas, y de cuestionar políticas ambientales y evidenciar los aspectos estructurales (políticos y económicos) que están detrás de los problemas ecológicos. Al mismo tiempo, las organizaciones sociales son agentes fundamentales en la comunicación y promoción de aprendizaje social con respecto a comportamientos sostenibles para la ciudadanía, facilitando así un genuino cambio social y ético hacia una cultura local de la sostenibilidad medioambiental.
Ayuntamiento
El Ayuntamiento, como autoridad local más cercana a la ciudadanía, tiene el mandato de crear y mantener infraestructuras, y de poner en marcha políticas económicas y sociales que promuevan el bienestar de la población respetando los principios de sostenibilidad medioambiental. El Ayuntamiento debe, por tanto, integrar la sostenibilidad medioambiental en su gestión, estableciendo una serie de normas municipales prescriptivas que regulen aspectos tales como la protección de los espacios naturales urbanos, la gestión de desechos, el mantenimiento de la calidad del aire, o el desarrollo urbanístico sostenible. Al mismo tiempo, debe favorecer conductas ciudadanas respetuosas con el medio ambiente, como el reciclaje, el consumo responsable, o la utilización de un transporte público menos contaminante. El mismo Ayuntamiento debe realizar un cambio reflexivo hacia conductas institucionales, políticas y técnicas sostenibles.